Se puede afirmar sin duda alguna que los Mavericks del domingo fueron bastante mejores que su versión del jueves. Rotaciones defensivas más certeras, ataques que dieron lugar a tiros de más calidad cerca y lejos del aro y posibilidades reales de evitar algo que no habían sufrido durante todos los playoffs: perder dos partidos seguidos.
Sin embargo el resultado fue el mismo que 72 horas antes, derrota. 2-0. El Game 1 se les fue por 18 puntos. El Game 2 por 7. Tanto da. Un nuevo tropiezo que les deja, no 2-0, sino ante el precipicio de un posible 3-0. Eso es lo que salta en una y otra vez en tu cabeza tras perder los dos primeros partidos de una serie.
Sí, ya sabemos que Kidd y compañía dirán que «partido a partido» y que no pensarán en el cuarto antes del tercero. Pero que están obligados a ganar el miércoles por la noche en Dallas, vaya.
Tres detalles
1. A toro pasado todos somos Manolete. ¿Y qué? ¿Acaso no se nos llena la boca al afirmar que lo de Milwaukee cambiando a Lillard por Holiday fue un tremendo error? Anoche el más destacado de los Celtics fue Holiday, el 'utility guy'. 41 minutos, 26 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias, 1 robo, 1 tapón, ninguna pérdida y 11 de 14 en tiros. A todo le sumamos que Jrue es uno de los que más tiempo está pasando delante de Irving, quien de momento no ha podido ser un factor desequilibrante.
Ya dijimos en el episodio del podcast de la semana pasada que Holiday podía ser el MVP de las Finales. Tiene pinta que algún voto se llevará si los verdes acaban alzando el título.
2. Así de buenos son los Celtics. Resulta que sus dos hombres más decisivos en los dos primeros envites de las Finales llegaron hace menos de un año y son peores que los dos que llevan compartiendo vestuario siete temporadas. En este momento da cosa decir de Holiday y Porzings que son «peores» que alguien, pero atendiendo al historial de los los Jays no se puede escribir otra cosa.
Tatum (18-9-12, 6/22) y Brown (21-4-7-3, 8/15) no necesitan salirse del mapa para que Boston brille y sofoque a un ataque que venía resultando imparable. Un ataque que también se ve impactado por la presencia de Derrick White (3 tapones, 2 robos). Hay jugadas en la que los hombres de los Mavs no saben ni como quitarse el balón de encima por la presión que están soportando.
Vaya equipo montó Brad Stevens, amigo.