Elio Martínez.
“Esto solo es el comienzo. Mi objetivo es ganar el campeonato. Como me dijo mi padre, ‘siempre hay que querer más sin caer en la avaricia’. Gracias a todos”.
Giannis Antetokounmpo cerró así su discurso tras ser coronado MVP. Algo más de cuatro minutos de lágrimas y agradecimientos a equipo, compañeros, entrenadores, accionistas, representantes, hermanos, padre fallecido y madre presente. El vídeo del discurso está en Twitter traducido. Si tienes tiempo y no lo leíste en su momento, Miguel Gaitán profundizó en las raíces de Giannis hace unas semanas en un artículo especial publicado en Extra nbamaniacs.
Lo de Giannis y el premio a Magic Johnson y Larry Bird fue de lo poco salvable de una gala que agoniza después de tres ediciones. Nació herida y decir que sobrevive es mucho decir. La primera la vi en directo y prometí no hacerlo más por el enorme sacrifico que supone ver esto a las 3 de la mañana. La de esta noche la he visto en diferido y espero no tener que repetir.
Un guion demasiado rígido, unos entregadores robóticos, importantes ausencias entre los candidatos —George, Harden—, chistes sin gracia, decenas de patrocinadores nombrados hasta la saciedad a lo largo de la noche… Y una temporada regular que terminó hace 75 días. La NBA necesita solucionar esto.
La gala está firmada por contrato con TNT y los principales patrocinadores de la Liga, pero el producto no está funcionando y la NBA suele modificar su camino cuando ve que algo no marcha. Si tiene que haber gala mejor que sea antes de los playoffs.
El anti old-man
“Draymond Green hubiese comido de mis manos”, dijo esta semana Dennis Rodman acerca de lo que sucedería en un imposible enfrentamiento entre los Warriors del último lustro y los Bulls del trienio 1996-98. Ante la típica disertación gruñona de los antiguos jugadores, anoche Larry Bird destacó en su discurso el gran estado del baloncesto en general y de la NBA en particular. Llegó a mencionar las hazañas de James Harden o Klay Thompson, entre otros. “La NBA está en buenas manos”.
Las típicas curiosidades sobre los votos
¿Recuerdas lo de los votos interesados? (Tema 4, episodio 12 del podcast, aquí). Rudy Gobert y LeBron James recibieron un voto como quinto mejor jugador del año. Russell Westbrook recibió dos votos como cuarto mejor jugador del año. Eso en el MVP.
En el Jugador Más Mejorado Derrick Rose recibió un voto como primero tras jugar 51 partidos y Pascal Siakam 80. En el Novato del año Josh Okogie y Mitchell Robinson recibieron un voto cada uno como tercero. En el Entrenador del Año Nick Nurse, después de 58 victorias con los Raptors en su primera temporada en la NBA sin que Kawhi Leonard jugase en 22 partidos, solo 2 votos como tercer mejor entrenador del año.
Premios que quedan aún más desfasados por el timing
Si lo de Nick Nurse, campeón de la NBA en su año debut, suena raro por recibir 2 puntos como Entrenador del Año mientras que otros como David Joerger o Steve Clifford reciben 5, en el MVP estamos en las mismas. Difícilmente podíamos pensar que Kawhi Leonard fuera a recibir muchos votos tras haber jugado solo un 75% de la temporada, pero verle ahora 9º en la lista oficial de mejores jugadores del año provoca la risa a muchos aficionados. Y esa risa hace que el premio pierda prestigio cuando no debería ser así.
Todo el mundo a coro: “NBA, cambia la fecha de los premios”.
Diciendo adiós a Irving
En esta vida puede pasar de todo y en el mercado de agentes libres nada se puede garantizar hasta que no se firma —DeAndre Jordan, ¿recuerdan?—, pero si lo que ayer se escuchó en Boston no es un adiós con crítica a Irving por parte de Danny Ainge, no sé qué otra cosa puede ser.
“Creo que el día a día es más agradable cuando todo el mundo es humilde, trabajador y acomete cualquier rol que deba para ayudar a que el equipo triunfe. Tienes que tener una cierta cantidad de talento para ganar como todos sabemos, pero la buena gente hace que venir a trabajar sea más agradable”.
Uff…
La NBA más internacional de la historia
Sergio Andres.
La liga 'nacional' de baloncesto estadounidense es cada día más internacional. Jugadores de todo el mundo tocan cada año sus puertas, queriendo entrar para competir, para medir fuerzas contra los mejores del mundo. Y en ese proceso, que consiste en agrupar todo el talento mundial dentro de una sola organización, el baloncesto internacional crece sin parar.
2018-19 ha sido un año histórico para la NBA por muchísimos motivos. Pero ha sido, sobre todo, un año histórico para el baloncesto internacional dentro de la propia NBA: 108 jugadores internacionales en las plantillas del primer día de competición (quinto año consecutivo que se superaban los 100) de 42 nacionalidades diferentes (empataba el récord). Y eso era solo el principio.
Hace solo dos semanas, por primera vez en la historia de la competición, una franquicia no estadounidense levantaba el título de campeón: Toronto Raptors, la única franquicia actual que reside fuera del territorio estadounidense. Y con los Raptors, anillo para Marc Gasol (España), Pascal Siakam (Camerún), Serge Ibaka (España/Congo), OG Anunoby (Reino Unido), Chris Boucher (Santa Lucía) e incluso el estadounidense de ascendencia taiwanesa Jeremy Lin (EEUU/Taiwán).
Pues bien, por si todo eso fuera poco para el crecimiento mundial de la competición, la expansión internacional volvió a hacer historia ayer, en la tercera gala de los NBA Awards.
Giannis Antetokounmpo (Grecia) se convirtió en el quinto MVP internacional de la historia de la NBA y en el primero desde Nowitzki en 2007. Luka Doncic (Eslovenia) se convirtió en el segundo Novato del Año de la historia que no jugó en EEUU ni en el instituto ni en la universidad (Pau Gasol) y en el cuarto novato internacional que gana el premio en los últimos cinco años. Paskal Siakam (Camerún) se convirtió en el sexto jugador internacional de la historia que se lleva el premio al Jugador Más Mejorado (Antetokounmpo fue el último en 2017) y Rudy Gobert completó el increíble cuarteto de galardones internacionales repitiendo como Defensor del Año, un premio que ya levantó la temporada pasada, convirtiéndose en el quinto jugador internacional que lo conseguía.
Nunca en la historia se habían repartido los cuatro premios a jugadores internacionales. Nunca... Es más, nunca se habían repartido más de dos de estos cuatro premios en el mismo año a jugadores internacionales. Ni siquiera cuando Hakeem Olajuwon (considerado a todos los efectos jugador internacional) se llevó el MVP y el DPOY en 1994.
Y encima, los cuatro premios llegan en el mismo año que el primer título de una franquicia no estadounidense.
En fin, que podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que hablamos de la NBA más internacional de la historia.
Es un síntoma excelente de la NBA que los jugadores internacionales copen los premios, sería impensable hace años.
Por otra parte, la consecuencia es la devaluación de competiciones europeas, especialmente las ligas domésticas. Ojala el sistema draft&stash de los Spurs lo adopten otros equipos, si no Europa se va a quedar huérfana de talento joven.
Es bastante obvio que si Harden no estaba en la gala sabía de antemano que el MVP no iba para él, ¿no?