Elio Martínez.
James Harden está promediando 40,6 puntos en los últimos ocho partidos. Teniendo en cuenta que la temporada actual solo abarca 10 partidos, su media de este curso es de 37,3, la mayor en 50 años por delante de la que presentó Michael Jordan en la campaña 1988-89 (36,9). Lo de Harden es asombroso y salvaje con sus 14,1 triples intentados por partido, 2,5 más que el anterior récord de hace un año de Curry. Harden sigue siendo el jugador con más uso de la NBA y rinde a niveles históricos nos guste más o menos su juego.
Pero los Rockets no son solo Harden y hay cosas que les salen mal. Por ejemplo las lesiones. Gerald Green está descartado para la temporada regular por su grave lesión y desde ya suman una nueva baja importante: Eric Gordon pasa por el quirófano debido a problemas en la rodilla y estará seis semanas de baja. Gordon y Green eran piezas clave de la segunda unidad y ahora están desaparecidos, pero los Rockets parece que van a ir el resto de la temporada a tumba abierta en lo que a juego ofensivo se refiere esté quien esté en pista.
Pese a que 19 equipos lanzan con mayor efectividad en los triples que Houston debido a su escaso 33,6% de acierto, los Rockets están tirando más triples que nadie con 46,7 intentos por noche (dos más que hace un año y cuatro más que hace dos), lo cual podría parecer una locura. Pero esa es solo una parte de la historia. El equipo de D’Antoni es el tercero mejor en rendimiento ofensivo por 100 posesiones con 111,7 puntos y presenta un buen eFG% (53%, 10º de la NBA) ya que incide mucho en el tipo de tiros que quiere: menos tiros que nadie en media distancia desde distancias cortas o largas; más triples que nadie tanto desde las esquinas como desde el resto del arco.
Los Rockets son pura analítica y los resultados, de momento, acompañan: 7-3, tercera mejor marca del Oeste tras Lakers y Jazz, aunque su diferencial de puntos teniendo en cuenta los datos tanto de NBA Stats como de Cleaning The Glass no invitan a pensar que puedan seguir con un 70% de victorias todo el curso.
¿El tuerto que miró a los Warriors dónde está?
Pero si los Rockets tienen lesionados lo de Golden State ya es otro nivel. El último ha sido Damion Lee, el cuñado de Stephen Curry que juega con los Warriors bajo un contrato dual y que pese a ello promedia 21,9 minutos de juego. Lee ha sufrido una fractura en su mano derecha y se une a las bajas de Klay, Curry, Looney, Evans, Spellman y Smailagic. Nueve jugadores le quedan a Steve Kerr y varios de ellos ya se han perdido partidos por lesión este año.
Luka y Trae, Young y Doncic
Unidos para siempre por haber sido intercambiados en la noche del draft de 2018, Young y Doncic, atención, están entre los seis máximos anotadores de la NBA en su segundo año en la liga. Increíble el dato.
Doncic promedia 28,3 puntos, 10,3 rebotes y 9,1 asistencias (le falta menos de una asistencia más para el triple-doble) y Young 28 puntos, 8,7 asistencias, 4,3 rebotes y 1,6 robos con un 40,2% en triples. Repito: ambos acaban de empezar su segunda temporada en la NBA.
Anoche Young metió 42 puntos en Denver y los Hawks vencieron en un partido para el que precisamente no partían como favoritos.
El contract year de Tristan Thompson
Sabíamos que se iba a dar la situación perfecta para que Tristan Thompson tuviese una temporada buena y, por el momento, las expectativas están siendo superadas. Thompson promedia 16,5 puntos, 11,4 rebotes, 2,3 asistencias, 1,4 tapones y 0,9 robos en 33,5 minutos por partido, con el añadido de que todos son los máximos de su carrera.
Thompson termina contrato en 2020 y en Cleveland pueden estar interesados en que su valor suba para traspasarle en invierno, por lo que todo marcha a pedir de boca para jugador y equipo, que además se encuentra por el momento en posición de playoffs con una marca de 4-6.
El dato de Leonard contra los Raptors
Toronto visitó el Staples Center por dos noches seguidas. Ganó la primera a los Lakers, perdió en la segunda contra los Clippers una vez que, con tantas ausencias, llegaron agotados al último cuarto y solo pudieron anotar 10 puntos. En ese encuentro los canadienses se vieron las caras por primera vez con Kawhi Leonard tras el título que ambas partes consiguieron en junio y le hicieron el partido difícil. Constantes trampas a media cancha para que tuviese que soltar el balón le hicieron tener un encuentro complicado: 2/11 en tiros y 9 pérdidas compensadas en parte con 9 asistencias. Pero nunca había perdido tantos balones hasta ese día.
“Creo que no hicimos algo tan agresivo en defensa el año pasado como han hecho conmigo esta noche. No recuerdo hacer algo así”.
Load management
Y más sobre el tema de moda en la NBA, el load management o la gestión de la carga de trabajo. Está tan de moda que incluso ESPN ha publicado un artículo a modo de preguntas y respuestas para que cualquier aficionado que no haya seguido la liga de cerca en estos dos últimos años pueda entenderlo. De ese texto me quedo con una de las conclusiones que sacan:
“Un mundo en el que los jugadores NBA participasen en dos partidos y dos o tres entrenamientos por semana harían innecesarios estos programas para gestionar la carga de trabajo. Eso no significa que los equipos no siguiesen de cerca la salud y los problemas de sus jugadores y les diesen descanso cuando fuese necesario, pero el actual calendario NBA fue creado en un tiempo en el que la liga tenía una fracción del conocimiento que tiene hoy en día”.
Exacto. La NBA obliga a jugar un calendario básicamente igual al de hace 40 años y desde entonces la competición y el baloncesto han cambiado tanto a la par que la ciencia ha evolucionado que hacen imposible que los equipos no apliquen los conocimientos científicos que tienen a la hora de gestionar su mayor patrimonio: a su jugadores. Lo que deberán hacer para reducir el impacto mediático del load management es lo que dice Mark Cuban, propietario de los Mavericks, tratar de sentar a jugadores en partidos con menos atención:
“El problema no es la gestión de la carga de trabajo per se. Creo que los equipos tienen que ser más inteligentes sobre cuando aplicar esa gestión. Yo estoy totalmente a favor de la gestión de la carga de trabajo. Peor que perder a un jugador en un partido de temporada regular es perderlo en playoffs”.
Pero como él mismo dice, todo viene basado en los datos analíticos y biométricos que consiguen de los jugadores gastándose mucho dinero para obtenerlos y “sería una estupidez ignorar a la ciencia”, así que si los datos dicen que no se puede jugar en un back-to-back determinado será difícil que lo ignoren y la polémica de un modo u otro volverá salpicar todo con el típico jugadores millonarios que no trabajan lo suficiente, si estás sano debes jugar, el aficionado ha pagado mucho dinero por sus entradas, etcétera.
¿La solución que plantea ESPN dado que lo de la reducción del calendario por el momento es inviable? Mitigar la percepción del problema evitando que los partidos emitidos a nivel nacional formen parte de back-to-backs. Es difícil, pero no imposible y seguramente en el calendario de la 2020-21 veamos un gran impulso en esta dirección.
Cada vez hay menos back-to-backs, pero si, deberían intentar que fueran partidos menos trascendentes (a priori, que luego todas las temporadas hay sorpresas), o al menos quitarle la importancia de la televisión nacional.