Lo anticipábamos como uno de los grandes partidos del primer mes de competición. El campeón contra el equipo que más batalla parece poder plantearles en su conferencia, al menos por el momento. Celtics contra Cavaliers.
Y vaya si fue un buen choque. Justo lo que la NBA necesita. Dos equipos potentes enfrentándose en partidos de importancia en noviembre. Por tantos motivos que toca congratularse:
Porque era un partido de Copa y Boston hubiese quedado virtualmente eliminado de haberlo perdido.
Porque al ser un partido de Copa era necesario para ambos equipos luchar por el marcador hasta el último segundo de cara a los posibles desempates.
Porque al ser dos de los mejores equipos del Este, los enfrentamientos directos pueden determinar qué equipo de los dos consigue la ventaja de campo en los playoffs si terminan con la misma marca de victorias y derrotas, hecho que obligaba aún más a competir.
Porque los Cavs llegaban con el segundo mejor arranque de la historia y querían seguir invictos.
Duelo de poder a poder, vaya. Ganaron los Celtics 120 a 117 y me quedo con varios detalles:
1. Los Celtics siguen con sus ‘trampas’. Desde el triple son imparables y cuando anotan cómo ayer es misión casi imposible ganarles. 14 de 22 en la primera parte (!); 22 de 41 en total. Vi una estadística que engaña poco: cuando convierten al menos 20 triples en un partido van 45-5 en las últimas cinco temporadas.