Los Clippers siguen siendo los Clippers
Algunas cosas nunca cambian.
En una temporada en la que varios equipos están dando el cante por un rendimiento pésimo, tiene delito destacar entre los peores cuando se supone que debías estar entre la realeza.
Undécima plantilla más cara de la liga, un MVP, un doble MVP de las Finales, tres jugadores NBA75, cinco All-Stars, varios All-Defensive y también…
El roster más veterano de la competición con una media de 30 años
Antepenúltimos de su conferencia
Sextos por la cola de la liga
Mismas victorias que el ‘equipo’ que juega en Charlotte (!)
Despiden y mandan a su casa de madrugada a su más grande leyenda
Los Angeles Clippers, señoras y señores.
Si con el 5–16 que tenían hace 48 horas ya podíamos tirar la toalla deportivamente, después de lo sucedido con Chris Paul toca dar por hecho que este proyecto está herido de muerte y que el borrón y cuenta nueva que debe venir a continuación más vale que se haga con dos dedos de frente. ¿Por qué se supone que eso es lo siguiente, ¿no? Más resoluciones de calado, ¿verdad?
Explico primero lo de Chris Paul, por si hay algún despistado en la sala.
El despido
Las alarmas venían sonando desde hace tiempo, pero tras la quinta derrota consecutiva y el mencionado 5–16, Lawrence Frank —el presidente de operaciones de baloncesto de los Clippers— tomó la primera decisión drástica de las que se supone que deberán ir llegando en los próximos días y semanas: convocó a Chris Paul a una reunión en Atlanta. La reunión se celebró con horas de retraso debido a problemas en el avión de la franquicia y cuando el encuentro entre ambos terminó, CP3 fue mandado a su casa a las 2 de la mañana hora local.
«Me acabo de enterar de que me mandan a casa»
Fue Paul quien primero hizo público el despido a través de un post en su cuenta de Instagram y a partir de ahí todo el mundo comenzó a preguntarse cómo era posible que largasen a Paul atendiendo a:
La hora en la que se produjo el despido
La forma de tratar a una leyenda del equipo
La premura en apartarle si los Clippers no podían cortarle o traspasarle de inmediato debido a normas salariales
¿Cuál era el motivo real? Él por sí solo no era el causante de un 5–16 y aún menos en esta temporada previa al retiro en la que estaba teniendo una presencia testimonial en la rotación. Faltaba una pieza del puzle.
Al día después se supo todo. Chris Paul estaba siendo crítico y exigente con jugadores, entrenadores y directivos debido a la mala racha del equipo. Estaba tratando de meter en vereda a los suyos, como en el pasado había hecho con los propios Clippers —un poder del Oeste durante su época—, los Rockets —quedaron a una final de la NBA ante los super Warriors—, los Thunder —los llevó a playoffs cuando pensábamos que eran un equipo de 25 victorias— o los Suns —tuvieron un 2–0 a su favor en las Finales de 2021 con él de capitán—. Les demandaba más sin esconderse, como siempre ha hecho. Se lo decía a la cara. A quien podía, claro. Porque resulta que el entrenador Tyronn Lue, cansado de aguantarle, no hablaba con él desde hace semanas.
Así que como los Clippers parecen decididos a no sustituir a Lue por mucho ridículo que estén haciendo en la pista, Frank, con el beneplácito del entrenador, otros miembros de los Clippers y de él mismo, tomó una decisión que se supone busca variar el rumbo del equipo: mandar a Chris Paul a su casa. De madrugada, sin atender al pasado o a la mera cortesía.
Lawrence Frank:
«No estaba funcionando de la manera que había planeado y lo habíamos planeado, una pena. No se toman decisiones como esta a la ligera. Especialmente un jugador que significó tanto para la liga y para nuestra organización, pero simplemente sentí que era la decisión correcta y, desafortunadamente, fue una decisión muy, muy difícil de tomar, pero creo que fue la correcta para el equipo y la organización».
Chivo expiatorio
Puedes estar más o menos de acuerdo con Chris Paul, su modo de actuar y su punto de vista, pero en su interés no estaba dinamitar el la convivencia de su hasta ahora equipo, por lo que cuesta justificar el modo de actuar de los Clippers.
¿Provocaba situaciones tensas en el vestuario por exigir? ¿Quería más implicación de todos para revertir la situación? ¿Demandaba más tiempo en pista tras haber pasado en un año de 28 minutos de media en 82 partidos jugados con los Spurs a solo 14 minutos y no participar en varios encuentros?
Todo eso ya lo sabían en L.A. No les podía pillar de sorpresa, había sido su jugador durante seis temporadas en la pasada década. Y digo más: todo el mundo en la NBA conoce el estilo de Chris Paul tras 20 temporadas en la liga. Nadie podía esperar otra cosa. No iba a aparecer por el Intuit Dome un CP3 bonachón con garrota dando consejos tranquilos a quien quisiese escuchar. «En mis tiempos los pases se daban así…».
Incluso el propio Frank se temía lo que podía pasar y quiso dejar claro en publico durante el mes de julio el rol que podría tener Paul en los nuevos Clippers, situándole entre un reserva y la nada:


